La fidelidad.
Te di con un martillo
llenando tu prontuario
fue tanta la maldad
que casi me acabaste,
que casi me mataste.
Tus ojos que brillaban
la cara celebraba
las risas por la espalda
cuchillo que clavaste.
La excusa de escusado
rincón puerta cerrada
solitario arrinconado
olor sientes pecado.
Intentar destruir
moral las luces de vivir
papeles que se arrugan
el tiempo deshacer
la tinta,
la copia,
calumnia
por siempre
martirio tu existir.
Sinceramente,
Hugo Alfredo Valecillos La Riva
Un poeta de habla hispana.
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