Caminos desérticos en repetida.
Yo soy el dueño
del espacio donde vivo.
Yo lo compre con la autoridad de mi mismo
y cualquiera que se atraviese:
"Será crucificado en la cruz del odio y del racismo vivo"
La inocencia
que es la inmadurez.
Ella estará solitaria en silencio de oración
y nunca se podrá defender:
¿Por qué?
Por haber nacido sin culpa en otra tierra y
también en la angustia de crecer.
Los pueblos se cansan
la desidia, el abandono,
el desprecio por la misma raza humana,
la desigualdad, la descriminación,
el hablar de las otras lenguas con idiomas diferentes,
la rivalidad entre nosotros mismos,
y la realidad es que somos humanos enemigos entre hermanos.
Así lo digo y así lo transmito constantemente:
"Callarán mi boca pero nunca el hablar del corazón que siempre estará vivo"
¿Qué nos pasa?
Miremos nuestros cuerpos
somos diferentes en la tierra en que vivimos.
Ya es común escuchar:"
"Que se muera ese maldito"
La destrucción viene de nuestros hogares
donde un padre y una madre viven del desprecio por ellos mismos.
Y el ejemplo recibido:
Son los hijos, son la hijas, que se levantan
con rencores y negando el amor por la misma raza humana.
Hay que parar
alimentar con sabiduría.
Y recordemos que todos estamos de paso y de repente:
Vino un terremoto, vino una tempestad,
y todo se acabo.
El final es la cruel realidad de la desnudez de la vida
y ya no habrá ni la ropa de vestido
para vestir en un cercano mañana.
Sinceramente,
Hugo Alfredo Valecillos La Riva
Un Poeta que mira asombrado de como los humanos nos destruimos
cada día en que vivimos.